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La mayoría de encuestas políticas que se publican en nuestro país son caja de resonancia de las posiciones adoptadas por Palacio dirigidas principalmente al Congreso, así las Reformas del Sistema de Justicia y Reforma Política con sus respectivas cuestiones de confianza, y el último pedido de adelanto de elecciones activaron la realización de encuestas sobre la aceptación del Gobierno, la aceptación del Congreso y el cierre del Congreso.

Al parecer, existe un acuerdo tácito entre empresas encuestadoras, medios de prensa que las contratan y la inversión pública que las solventa, que determinarían la pauta de las encuestas en nuestro país. De otro lado no vemos encuestas sobre la percepción de la ciudadanía en temas como: seguridad ciudadana, crecimiento económico, empleo, desempleo, salud, educación, etc. Sería una buena señal que estas empresas amplíen sus investigaciones a los temas propuestos.

Parte de la imagen y desprestigio que recae en el Congreso se debe sin lugar a dudas a decisiones propias, pero también por los ataques de distintos sectores empezando por el Gobierno. Sería democrático que se haga un estudio técnico de todas las portadas, titulares, noticias, entrevistas en radio, en televisión, redes sociales, de todos los ataques y adjetivos a los que ha estado sometido el Congreso; seguramente arrojarían resultados alarmantes.

No obstante, lo manifestado y contrario a lo que la mayoría piensa, según las mismas encuestas, vemos que los niveles de desaprobación del Congreso no llegan a los niveles vistos en el año 2005 en que el Congreso alcanzó únicamente un 6% de respaldo en diciembre del 2005, en el 2009 alcanzó a un 11% de aprobación y en 2014 un 9% de aprobación. Fuente: Ipsos.

Como en cualquier trabajo o servicio, hay un amplio margen de probabilidades respecto a la calidad y veracidad de las encuestas, unas serán objetivas y respetables y otras no. No olvidemos que muchas encuestadoras fueron denunciadas y procesadas por recibir pagos mensuales a cambio de “acomodar” información.

Las encuestas no gobiernan ni pueden ser referentes para modificar una Constitución ni alterar la estabilidad ni las reglas de juego en nuestro país.