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A pocos días antes del debut de la selección peruana en el Mundial, una encuesta de Ipsos Perú señalaba que el 21% de peruanos consideraba que la Blanquirroja sería finalista de Rusia 2018 (18% creía que ganaría el título y 3% que perdería la final); en tanto, el 14% indicaba que llegaríamos hasta las semifinales, el 33% hasta los cuartos de final, el 24% hasta octavos de final y solo el 2% aseguraba que nos quedaríamos en la fase de grupos.

Como ven, el optimismo era total en nuestro país. Por eso, no me sorprende que ayer un amigo me haya dicho: “No ves, Jorge, si ese partido con Dinamarca no lo perdíamos, podíamos estar ahorita disputando las semifinales. Nadie era más que Perú en esa zona y a Croacia ya lo habíamos enfrentado hace poco y no nos hizo daño. Así que no estábamos tan locos los que creíamos que nuestra selección disputaría la final del Mundial”.

Creo que si Perú hubiera clasificado a octavos de final, cualquier cosa podía pasar, pero la historia dice que no está y sería mejor no especular sobre algo indemostrable.

Lo que sí es cierto que en comparación con Francia, Bélgica, Brasil y Uruguay; la zona de Inglaterra, Croacia, Rusia y Suecia no ha generado ningún entusiasmo. Estos equipos practicaron un fútbol utilitario, burocrático, con jugadores que no parecen procesar sentimientos y que aparentan moverse como impulsados por algún don cibernético. No les hace falta el balón para conseguir un buen resultado y cuando lo tienen atacan en estampida, lanzando pelotazos kilométricos. O buscan la pelota parada para encontrar la diferencia. Es así como Inglaterra hizo 8 goles de 11 en este Mundial, a balón parado, en tanto que Croacia pasó a semifinales luego de ganar sus partidos de octavos y cuartos por penales.

Ya están los cuatro semifinalistas: Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia. Después de mucho tiempo, las diferencias están claras y no creo que haya más sorpresas.