GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Nos vamos acercando a las elecciones parlamentarias complementarias de enero del 2021. Esta semana el Jurado Nacional de Elecciones trazó la cancha con dos resoluciones donde se establecen las reglas para dicho proceso. Uno de los puntos más importantes es la decisión del Jurado de no considerar las reformas políticas recientemente aprobadas por el Parlamento. La decisión se ajusta a derecho, pero ello no quiere decir necesariamente que estas reformas no se apliquen.

Me explico. Los partidos políticos podrían aplicar dos de las principales reformas políticas por decisión propia: la democracia interna en su mecanismo de elección de candidatos congresales, y la paridad y alternancia en la lista. Para lo primero, las normas vigentes permiten que le pidan supervisión a la ONPE, y pueden restringir a un número razonable los candidatos escogidos mediante designación directa. Para lo segundo, también depende de lo que cada partido decida internamente. Podrían los partidos decidir asegurar que sus listas sean 50% integradas por hombres y 50% por mujeres, además de asegurar la alternancia.

Varios de los partidos que participarán en esta elección tuvieron bancada en el reciente Congreso y se comprometieron -a través del voto de sus congresistas- con las reformas. A su vez, algunos de los partidos sin bancada en el Congreso pasado sacaron pronunciamientos y declaraciones a favor de las mismas. Lo coherente sería que, ya que el JNE no puede implementarlas, ellos decidan hacerlo.

Este puede ser un primer parteaguas para los electores: elegir entre aquellas agrupaciones comprometidas con una nueva política y aquellas que están muy cómodas con el statu quo. Los partidos tienen la palabra.