Luego de este desastre natural pronosticable, recurrente y anómalo, es necesario tener en cuenta una frase anónima de hace siglos: “El hombre se acuerda de Dios y del soldado ante el peligro y no antes. Cuando el peligro ha pasado, Dios es olvidado y el soldado despreciado”.La naturaleza es Dios y el soldado somos todos los peruanos que luchamos y sufrimos de distinta forma los embates de este fenómeno recurrente y anómalo. Dicho sea de paso, no es necesario tener uniforme para ser soldado si nuestro fin es unirnos y ayudar a nuestros compatriotas, dando nuestra vida si fuera necesario.

Sin embargo, la naturaleza nos advierte y nos dice: “Si quieren vivir conmigo adáptense y prevean. Tienen herramientas y tecnología para eso, pero no olviden hacerlo y los voy a seguir poniendo a prueba todos los años de su existencia”. Inventemos el nombre que sea al fenómeno meteorológico, eso es irrelevante. Lo que más importa es llegar a identificarlo con anticipación para mitigarlo y convivir con él. Lo único que debemos hacer es no olvidarnos del peligro que viene y siempre tener presente a la naturaleza y acordarnos de nuestros soldados.Nuestro país tiene la oportunidad de aprovechar lo que muchos países no tienen y nosotros la perdemos en el mar: el agua de lluvia. Podríamos transformar las desgracias en oportunidades de desarrollo con tecnología. Este evento nos lo dijo: “Entiendan a la naturaleza, no la enfrenten y ganarán”.

Volteemos la tortilla, algunos científicos sostienen que nuestro país es uno de los más vulnerables al cambio climático y que vamos a tener fenómenos naturales con mayor recurrencia. Pues bien, adaptémonos a ellos y por qué no, seremos potencia. La pregunta es: ¿nos dejarán serlo o siempre vamos a depender de otros países científicamente?