Me cuentan que Pedro Sánchez, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, anda de gira por nuestro país y Latinoamérica. Por supuesto, la gira veraniega de Sánchez (en la piel de toro arrecia la canícula) ha despertado los suspiros de nuestros caviares y de sus amiguitos, los liberales de izquierda, quienes no han tardado en acudir a las tertulias organizadas en honor al socialista para escuchar su mensaje. Hasta Ollanta Humala se ha dado un tiempito para conversar con el visitante y en la foto publicada por Palacio se les ve tan sonrientes que parece que Augustito Alvarez Rodrich está a punto de “entrevistarlos” con esas preguntas tan difíciles que formula.

Ahora bien, para ser sinceros, el socialista Sánchez tiene, como dicen en España, un “morro que se lo pisa”. ¡Qué conchudez! El socialismo español no tiene ninguna lección que darle a Latinoamérica porque es el principal responsable de la crisis económica y moral en la que se encuentra inmersa la madre patria. Zapatero, el hermano mayor, el original del cuál Sánchez es apenas un clon de segunda, desbarrancó al país conduciéndolo por el sendero de la polarización y la inoperancia. Los que vivimos los años del zapaterismo no podemos olvidar la inmensa irresponsabilidad del PSOE, un partido que, al igual que el nacionalismo peruano, dilapidó los recursos públicos sin pensar en las vacas flacas.

Por eso, son francamente ridículos los suspiros de amante contrariado que le dedica nuestra caviarada a su profeta español. Si este es tu modelo, querido caviar, entonces apaga las luces y échate a llorar.