Ayer en Correo Lima publicamos una entrevista al legislador del castillista Bloque Magisterial Américo Gonza, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso y principal promotor de la llamada “ley mordaza”, que busca incrementar a cuatro años la pena máxima por el delito de difamación a fin de que periodistas y comunicadores puedan ser enviados a la cárcel, en momentos en que los delitos contra el honor, en el resto de países, tienden a ser despenalizados y llevados al ámbito civil. Lo que ha dicho no es poca cosa.

El congresista Gonza, quien la semana que pasó debió sustentar la “ley mordaza” en el pleno a fin de que se lleve a cabo la segunda votación, pero prefirió irse a El Salvador, ha indicado a este diario que el caso “no está cerrado” y que es posible que se presente un texto sustitutorio antes de someterlo a la votación del resto de sus colegas. Con esto queda claro que el peligro de que este proyecto absurdo sea aprobado, se mantiene vigente a pesar que la semana pasada muchos ya daban por hecho que sería enviado al archivo.

Tal como estaba planteado el proyecto, sin duda iba a ser rechazado por el pleno. Y eso lo sabía Gonza, quien quizá por eso optó por irse del país y hacerla larga para presentar las modificaciones que ha anunciado. Ahora, cualquier cosa puede pasar. No olvidemos que esta propuesta que busca atar de manos a los periodistas que investigan y ponen luces sobre los políticos, y en especial a los congresistas, contó en una primera votación con el apoyo no solo de la izquierda cerronista y castillista, de la que se puede esperar cualquier cosa, sino también de otras bancadas.

No hay duda que los seguidores del golpista Pedro Castillo no se darán por vencidos fácilmente. Como indiqué días atrás en este espacio, están con sangre en el ojo quizá porque saben que gran parte de la desgracia de su líder se debe al trabajo de la prensa, que mostró las miserias de un régimen manejado por gente que llegó para levantarse todo lo que estuviera a su alcance. Allí tienen como ejemplo al propio profesor, y a varios de sus parientes, paisanos y amigotes que hasta guardaban fajos de dólares en los baños de Palacio de Gobierno.

Queda estar muy atentos a lo que pase en los próximos días con la “ley mordaza”. El caso no está cerrado y podría tomar cualquier otro rumbo que afecte a la libertad de expresión que daña no solo a periodistas y comunicadores, sino principalmente a los ciudadanos que tienen derecho a estar informados de lo que hacen sus autoridades. En el Perú no pueden salir ganadores quienes sueñan con vernos convertidos en la nueva Cuba o Venezuela, donde se persigue a quienes tienen la “osadía” de cuestionar al poder.

Los seguidores del golpista Pedro Castillo no se darán por vencidos fácilmente