GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Hay situaciones sorprendentes que solo pasan en nuestro país y generan rechazo en la población, siendo peor que no exista voluntad política para enmendar errores que carcomen, poco a poco las bases de nuestra frágil democracia.

Y eso pasa con la reciente liberación del sicario Rubén “Goro” Moreno Olivo, sentenciado a 25 años de prisión por estar vinculado a crímenes, en especial, al atentado en contra del exconsejero de Áncash, Ezequiel Nolasco.

Su liberación dispuesta por el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), y que tenía mandato de arresto domiciliario, generó serios cuestionamientos por la negligencia con que se actuó y pone en riesgo la integridad de Fiorella Nolasco y su familia, personaje que no se cansó en buscar justicia por el alevoso asesinato de su padre.

Los ministros del Interior y de Justicia, además del jefe de la Policía Nacional del Perú, han dado respuestas vagas sobre este controvertido hecho, salvo la decisión de otorgarle seguridad ante cualquier atentado en su contra y tratar de capturar a los delincuentes, tal como refirió Fiorella en entrevista con Correo.

“El Inpe tiene grandes falencias”, opinó al respecto el titular del Minjus, Vicente Zeballos, frase que siempre se repite ante una realidad que enfrenta dicha institución desde hace años, donde planes y políticas para corregir estos problemas quedan en simples ofrecimientos sin fijar objetivos precisos al respecto.

La irregular liberación de “Goro” es demostración de que el sistema está contaminado por la corrupción en todos sus niveles y, ante ello, se demanda acciones concretas.

TAGS RELACIONADOS