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El Congreso y el Ejecutivo evalúan limitar la extensión de la propiedad de la tierra proyectando una ley que podría destapar una caja de Pandora.

La Constitución permite limitar la extensión de la tierra, pero algunos olvidan, convenientemente, que el artículo donde se permite limitarla empieza estableciendo que "el Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario". En otras palabras, por excepción, se limita la extensión. El Perú decidió luego del desastre de los 60 apoyar el desarrollo del agro creando una gran fuente de empleo que ha llevado a poner en los mercados mundiales espárragos, alcachofas, uvas, pimientos y muchos productos peruanos que también consumimos en el Perú. Ello da trabajo en el agro y en toda la industria que vive de la agroexportación.

El proyecto de ley busca limitar la propiedad de la tierra a 10 mil hectáreas en la Costa, 5 mil en la Sierra y 20 mil en la Selva.
Si bien esta cantidad podría sonar "suficiente", lo que se debate es una "prohibición" sin sentido racional. El sustento técnico del proyecto usa data de los años 90 y concentra sus argumentos en la seguridad alimentaria y en el crecimiento de las empresas azucareras.

Dado que cada quien puede sembrar lo que quiera en su tierra, y que el mercado peruano es el mundo, la seguridad alimentaria no está en riesgo. En conclusión, el verdadero motivo de la ley sería la concentración de la tierra en el sector azucarero, olvidando que el azúcar es un commodity, con un precio mundial, y si los azucareros peruanos suben el precio, cualquiera importa azúcar y baja los precios. Si no queremos entender aún que el mercado del azúcar es el mundo, Indecopi deberá sancionar el abuso de posición de dominio, como lo hizo en el caso del pollo.
Además, si se busca controlar el precio del azúcar, habría que controlar los ingenios que producen el azúcar, dado que los campos dan caña que se usa también para biocombustibles.
La agricultura moderna ha mejorado la vida de los peruanos pobres. La mujer del campo tiene trabajo, seguro médico y lleva dinero para sus hijos. En Ica, Piura, Lambayeque y La Libertad se redujo la mortalidad infantil, la desnutrición y el analfabetismo

Un Congreso serio, preocupado por el país, debería discutir hoy cómo modernizar al agro pobre. Si se trata de debilitar a un actor económico intensivo en mano de obra y que opera bien, busquemos otro chivo expiatorio, pues del agro viven los más pobres.

Ya sabemos dónde nos llevan los controles de propiedad. Planteemos un debate serio y con los números del agro en la mano, pero sobre todo preguntemos en el campo moderno si ahora se vive mejor.