A menos de una hora de la ciudad de Arequipa está la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, lugar que en los últimos años ha sufrido un fuerte impacto por la presencia del hombre, en especial por la carretera asfaltada que va a Chivay (Caylloma) y a Puno. Por el lugar, también hace más de 140 años surca la línea ferroviaria que integra a diferentes pueblos andinos.

Creada por Decreto Supremo 070-79, del 9 de agosto de 1979, la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca es un sitio obligado para quienes realizan turismo, pues aparte de ofrecer flora y fauna, el visitante puede encontrar importantes poblaciones de vicuñas, tarucas, parihuanas y otras aves que aprovechan los humedales y pequeñas lagunas que se forman por los deshielos de los nevados que existen y le dan una configuración especial. Sin embargo, todo este hermoso paisaje natural poco a poco fue cambiando por la irresponsabilidad de muchas personas, en especial de quienes cruzan por la Reserva y arrojan desperdicios que poco a poco afectaron el hábitat de las especies que existen.

La presencia de botellas, plásticos, llantas, cartones y otros residuos son frecuentes en el lugar, lo cual denota la falta de cultura ecológica y ambiental.

El último fin de semana, alrededor de 200 voluntarios, en especial jóvenes, preocupados por esta situación, y con el apoyo de Autocolca, Municipalidad Provincial de Caylloma y otras instituciones, promovieron una campaña de recolección de basura en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, durante la cual lograron recoger 15 toneladas de residuos, cantidad que resulta pequeña con relación a todo lo que existe.

Que esta acción -destacable- se repita para recuperar la Reserva.