Si la pandemia no hubiera sido suficiente como principal causa de una crisis sin precedentes en la industria del entretenimiento, la delincuencia, lacra que se desborda sin límite en nuestra sociedad, empieza a atacar directamente a figuras de la música. No estamos hablando de robos al paso, ni de asaltos en los domicilios, que lamentablemente se ha convertido en algo común en estos días, lo preocupante es que las extorsiones, una práctica extendida en estos tiempos llegó sin reparo a la vida cotidiana de los artistas. Hace algunos días, la cantante Brunella Torpoco, joven talento de la salsa, utlizó sus redes sociales para anunciar su retiro de la música, debido a las reiteradas amenazas a su integridad y a la de su familia. Mientras ella se encontraba de gira, dejaron una comunicación en la puerta de la casa de su mamá en el Callao, y minutos antes se escucharon balazos al aire que causaron preocupación y terror. “Gracias infinitas a toda la gente que me apoyó en este corto tiempo que he estado en los escenarios. He tomado la triste decisión de alejarme de la música por la seguridad de mi familia y mi tranquilidad”, manifestó la intérprete. Lo que podría ser un episodio policial, como tantos otros, ante la inacción de las autoridades, significa un golpe de muerte para quienes se esfuerzan y dedican su vida al arte. Hoy, la mayoría de integrantes de la escena musical, deben invertir en sus propias carreras, luchar duro para conseguir un espacio ante la ausencia de productores y de sellos discográficos que apuesten por nuevos valores. Además de lo que cuesta ser artista en el Perú, que se empiece impunemente a pedir cupos a quienes son exitosos no se debe permitir, y quienes deben encargarse de velar por la seguridad de los ciudadanos tienen que hacer su trabajo. Duras y muy tristes son las palabras finales de Brunella Torpoco, joven artista que recién está empezando en la carrera, pero que ha decidido abandonar sus sueños porque siente amenazada: “Prefiero dejar todo de lado porque mi familia es lo más importante para mí que cualquier cosa en el mundo, por ellos es que me rompía el lomo trabajando y así darles una mejor vida, sin hacerle daño a nadie”, concluyó.
Llamada de alerta por Johnny Padilla (OPINIÓN)
Columna de opinión