Todo parece indicar que entre los asesores del nuevo gobierno no hay alguien lo suficientemente valiente para decirle a Manuel Merino y a Ántero Florez-Aráoz que el descontento en su contra es real y que no pueden apagar ni minimizar la protesta con tanta facilidad. Preocupa que Merino crea que las protestas diarias desde que asumió la Presidencia, tengan cualquier motivación menos la manera cómo llegó a Palacio. La declaración que dio a RPP, donde afirmó que las manifestaciones se deben a que los jóvenes “no tienen trabajo” y a una “falla de comunicación del Gobierno”, solo demuestra lo desconectado de la realidad que está el presidente. A esta desconexión también aporta el premier al afirmar que, en parte, las marchas a nivel nacional se deben a que los ciudadanos las aprovechan para salir del encierro por la pandemia. Mientras ellos buscan afuera los motivos para las protestas en su contra, la ciudadanía sigue organizada y preparando nuevas manifestaciones. En este diario esperamos que en estas nuevas protestas no se ataque a los ciudadanos, civiles y de uniforme, y que el ministro del Interior diga siempre la verdad sobre el accionar de la policía.
Lo que el Gobierno no quiere ver
Columna de opinión.