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De seguir la tendencia desde su estreno, Locos de amor, la nueva cinta producida por Tondero, alcanzaría el millón de espectadores en pocos días. La comedia musical dirigida por Frank Pérez Garland ha logrado convertirse, hasta el momento, en la cuarta película peruana más taquillera de la historia, y bueno, como sucede casi siempre cuando una propuesta cinematográfica conecta con el gran público, con ese respaldo que todo cineasta sueña, aparecen los pinchaglobos, los tumbalafiesta que empiezan no a criticar la dirección, la puesta en escena, las actuaciones, sino que se quejan de las “oportunidades desperdiciadas”, lamentan que películas “sin pretensiones” logren lo que otras merecen. Una seguidilla de justificaciones que en resumen reflejan un total desprecio por el trabajo de muchísima gente que está apostando por crear una industria cinematográfica en el país, lo que nos hace bien a todos. Nadie pretende que Locos de amor gane un Óscar o la consideren en la sección oficial del Festival de Cannes, ni tampoco que los críticos no hagan su trabajo, pero por qué no celebrar el éxito de una película que finalmente va a repercutir en la visión de que el cine peruano también puede convocar espectadores y de paso empujar a que otras también vayan por el mismo camino. Y si hablamos de Tondero, que es la empresa productora de Locos de amor, con éxitos taquilleros como Asu mare, Asu mare 2 y A los 40, pues hay que anotar que gracias a lo bien que les fue en taquilla con esas cintas produjeron Perro guardián de Bacha Caravedo y Chinón Higashionna, El elefante desaparecido de Javier Fuentes-León, Magallanes de Salvador del Solar y Solos, película de próximo estreno dirigida por Joana Lombardi. Eso es mover la industria, apostar por cintas digeribles, que entretengan, de buena factura, y también explorar en el cine de autor, de esas propuestas que ganan festivales y también les garantizan premios a sus actores y directores. Bienvenidas sean también las cintas del género de terror, las comedias con populares artistas de televisión; si son malas, el público elegirá y apoyará, al margen de si es cine peruano, al que hay que apoyar sí o sí. Hay mucho talento, el cine nacional goza de buena salud, se anuncia Sebastián, ópera prima de Carlos Ciurlizza, y El candidato de Álvaro Velarde. A celebrar el éxito sin concesiones e ir al cine para vivir historias de otros, esa magia que hoy tiene sabor peruano.