Días atrás los peruanos hemos sido testigos de un hecho más que insólito y surrealista en medio de nuestra política, esa de la que siempre podemos esperar cualquier cosa. Me refiero a la “formalización” de una alianza entre el Renovación Popular que encabeza Rafael López Aliaga, y los seguidores o exseguidores de Antauro Humala, preso por la muerte de cuatro policías durante el brutal “Andahuaylazo” de enero de 2005.

Se entiende que haya desesperación en los candidatos por escalar posiciones y acercarse al soñado pase a la segunda vuelta. Lo vimos hace unos días con Hernando de Soto haciendo campaña al lado del cómico Andrés Hurtado, conocido como “Chibolín”. Pero lo del viernes último entre López Aliaga y los antauristas vestidos con uniformes militares y camisetas en las que se leía el nombre de su cabecilla preso, ya superó cualquier relato de ficción.

Esta gente supuestamente venía liderada por ese personaje inclasificable como es Virgilio Acuña. Minutos más tarde, estos “reservistas” terminaron quemando un afiche con la cara de López Aliaga, lo que literalmente echó más leña al fuego y contribuyó a hacernos ver el nivel de nuestra política en un momento tan crítico como el que atraviesa el país. ¿Tanta es la desesperación por ganar votos al extremo de aliarse con algo que tenga que ver con un asesino como Antauro?

De otro lado, habría que ver qué dicen de esta incendiaria alianza dos conocidos miembros en retiro de la Marina de Guerra del Perú como son los vicealmirantes Jorge Montoya y José Cueto, quienes postulan al Congreso por la lista de Renovación Popular. ¿Cuáles son sus coincidencias con los “antauros”? ¿Se van a sentar en la misma mesa para buscar soluciones en común a los problemas que afectan al país?

Un poco de seriedad no vendría mal a nuestra política en las semanas previas a una elección en la que deberemos votar por quienes serán los llamados a sacarnos de una descomunal crisis producida por la pandemia. Dudo que gente que esté detrás de Antauro o de Virgilio Acuña, o que ande por las calles reclamando la vuelta al imperio de los incas, que hable de “etnocacerismo” o que sueñe con fusilar a medio mundo, pueda aportar algo.