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En esta difícil coyuntura para el país, la ciudadanía ha advertido, a través de los audios y declaraciones de los involucrados, que los abogados como gremio no hemos estado a la altura de las expectativas que el sistema de justicia de nuestro país nos exigía. Por diversas razones, se ha permitido que muchos de los espacios de representación de la sociedad civil sean cooptados por personas o grupos de poder que no han priorizado el interés público en su desempeño. Y eso debe cambiar.

Los mecanismos de representación de este tipo se sustentaron en la necesidad de que estos espacios puedan ser fiscalizados desde adentro. Sin embargo, en los hechos se aprecia que en muchos casos hay hasta complicidad en el manejo poco transparente de diferentes entidades.

Es necesario entonces que los abogados tomemos en serio las responsabilidades asignadas. Son muchos los espacios en donde los colegios profesionales, facultades de Derecho y docentes universitarios tienen posibilidad de tener representación: CNM, JNE, Ocma, entre otros. Y es claro que en la gran mayoría carecemos de representantes idóneos. Esa situación debe cambiar. En paralelo, debe también evaluarse la idoneidad de los actuales procedimientos de elección y hasta un eventual reajuste de los requisitos para los candidatos.

Como decía Henry Pease, “en política, como en la física, los espacios vacíos se llenan”. Por ello, la indiferencia debe cambiar. Solo así podremos aspirar a contar con profesionales honestos, preparados y diligentes que puedan ser nuestros representantes, y de esa forma evitaremos volver a repetir la historia en el futuro. 

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