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El consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica, John Bolton, estuvo en el Perú hace unos días y debe haber advertido los riesgos que hoy aquejan a los peruanos. Mientras las guaripoleras a sueldo de Vizcarra celebran su gestión, no todos comprenden que existe un plan de China y Rusia para tomar el control de los recursos naturales de nuestro país. Martín Vizcarra parece su operador político. Y es que solamente si el caos se apodera de la política local y del sur del Perú, resultaría inviable el desarrollo de los proyectos en manos de los actuales concesionarios. Crear el caos y acabar con la débil institucionalidad parece parte de una estrategia que incluye: modificar la Constitución, eliminar a los opositores, controlar aún más a los medios de comunicación (hoy la mayoría ya están digitados a través de la publicidad gubernamental) y criminalizar a los detractores. Es un método fino, similar al que emplearon en Bolivia y Venezuela. China se consolidaría como el socio estratégico comercial y Rusia como el aliado militar. Con el gas de Bolivia subvencionado en la Macro Región Sur, esa zona se convertiría en una olla de presión que podría impulsar un separatismo, generando más caos y hasta un conflicto con Chile, país que tiene inmensas inversiones en el Perú. Es posible poner freno a esa situación. La pregunta es para quién está jugando el todavía presidente Martín Vizcarra.