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1) El levantamiento militar finalmente fracasa. Significará que los alzados decidan replegarse buscando seguridad ante la represión madurista con intención de venganza. Leopoldo López, líder del partido político Voluntad Popular, con su esposa e hijos ayer ingresaron a la Embajada de Chile en Caracas y 25 uniformados que participaron en el levantamiento en la Base Aérea La Carlota han pedido asilo en la Misión diplomática de Brasil.

2) El levantamiento militar, aunque no en lo inmediato, finalmente con el correr de las horas y los días siguientes triunfa al producir un efecto dominó en diversas instalaciones militares a lo largo y ancho del país por la fase ascendente del hartazgo colectivo, esta vez muy militar. No corresponde ahora analizarlos profundamente, pero sí resultará lógico decir lo siguiente. Lo que ha pasado ayer en Caracas fue planeado. Nada es producto de la casualidad. El cerco contra la dictadura sigue cerrándose y Maduro lo sabe muy bien. No hay mal que dure 100 años. El statu quo en el país llanero acabará y eso es lo que más preocupa a Maduro. En las próximas horas, si acaso sigue pertrechado en el poder, arremeterá porque su arma para mantenerlo será el uso de la fuerza como regla. Apagar los focos de insurgencia constitucional será su tarea inmediata. Sigo pensando que la dictadura de Maduro está en fase de agonía y hoy más que nunca Juan Guaidó, presidente interino, debe recordar a los militares la amnistía como oferta en la condición de que se plieguen para recuperar la democracia. Mientras tanto, EE.UU. observa con suma atención el desarrollo de los acontecimientos buscando que se produzca el pretexto que lo lleve a una incursión militar tantas veces proferida. No hay hacia adelante ninguna posibilidad para creer que todo seguirá como está. Lo que está sucediendo en Venezuela con su dictador a cuestas ya es un espejo registrado en la historia universal. Por eso, creo que Maduro tiene dos caminos: negocia y se va del país, o los militares que lo sostienen ilusamente deciden abandonarlo. El peor escenario es que termine en desgracia como Benito Mussolini en Italia o Muamar Gadafi en Libia. Esperemos el desenvolvimiento de los hechos.