Mientras que el Gobierno oficializó un decreto de urgencia que dicta medidas extraordinarias en beneficio de los docentes, estos continúan en las calles, añadiéndole una gran crispación al momento.

Si bien es cierto que a estas alturas no sorprende que ciertos personajes padezcan de un oportunismo galopante y respalden a los huelguistas, impulsados por sus intereses políticos, hay voces que se elevan por encima del ruido en busca de una solución a esta crisis.

Muchos profesores no aceptan lo dispuesto por el Gobierno y siguen protestando. Algunos evidencian el verticalismo, dogmatismo y sumisión incondicional que sus líderes regionales imponen. En tanto, los escolares son los más perjudicados, porque la huelga se prolonga. En Arequipa han sido conscientes de esto y los padres de familia han marchado ayer para exigir a los maestros que vuelvan a clases. La gobernadora regional, Yamila Osorio, ha hecho eco de ello y anunció que, si este lunes los profesores no se incorporan a sus colegios, aplicará el plan de reemplazo.

Ante la intransigencia, desmanes, sectarismo y cierto grado de violencia de los huelguistas en las calles, es bueno saber que hay formas de responder como lo ha hecho la autoridad arequipeña.

El argumento que más enfatizan los maestros y sus incondicionales es que el Estado es inoperante para solucionar sus problemas. Es momento de que colaboren para llegar a puntos comunes. Todo escenario que genere vínculos e intercambio de ideas es útil para que el sistema sea eficaz.