No se trata de quién vacuna más rápido, sino quién recibe primero la dosis. En Trujillo, por ejemplo, una clínica del grupo Sanna, que no atiende a pacientes con COVID-19, logró que 157 de sus trabajadores reciban su Sinopharm. ¿Con qué criterio elaboró los padrones el Ministerio de Salud (Minsa)?

La respuesta es clara. Los responsables de la vacunación en la región La Libertad indican que hubo tres listas: de la gerencia regional de Salud (Minsa), EsSalud y las clínicas, cuyos representantes hicieron las gestiones a otro nivel, al que solo acceden los empresarios en las altas esferas ejecutivas.

Así, sin ningún sonrojo, se logró inocular la vacuna adquirida por el Estado en tres centros de salud particulares, solo uno de ellos con licencia para recibir a las víctimas del coronavirus. Entre los inmunizados estaban un gerente, su asistente, una psicóloga y candidata de Fuerza Popular al Congreso, entre otros.

Las vacunas tenían nombre propio, como un intransferible boleto de viaje a la vida. Nadie podía rechazarla, como tampoco nadie puso un revólver en la cabeza de los empadronados para aceptarla. Manuel Cedano, la pareja de la congresista de APP Tania Rodas, recibió la tercera dosis (2 en Lima) por un “error” en el padrón.

Hasta en el bono familiar se podía fallar porque no existe una actualización de los peruanos sin recursos. Pero, en la nómina del personal que en realidad lucha contra el COVID-19 no había espacio para el error, o el lujo de equivocarse. Ocurrió, como otras tantas veces cuando se trata de escoger entre quienes merecen vivir o no. Si es así como se decide quiénes tienen la prioridad para recibir la dosis de la vacuna, sin duda, los dioses están en Lima. ¿Quién dio el visto bueno de los padrones del Minsa en las regiones? ¿Quiénes son los favoritos?