Los golpistas
Los golpistas

Cuestionable y muy discutible la propuesta del congresista fujimorista Héctor Becerril de pedir la vacancia del presidente Ollanta Humala por "incapacidad moral" al haberse confirmado que cogobierna con su esposa Nadine Heredia. Sin embargo, el pedido ha puesto en evidencia la doble cara del nacionalismo, que no se acuerda cuando su líder quería traerse abajo, porque así se le ocurrió, a dos presidentes democráticos como Alejandro Toledo y Alan García.

El humalismo se indigna, se araña y habla ahora de actitudes golpistas. Habría que recordarles el rol que jugó su líder en el "Andahuaylazo", que no fue más que un absurdo intento por derrocar al presidente Toledo. ¿O ya no se acuerdan cuando Ollanta, desde Corea y a través de RPP, arengaba a su impresentable hermano Antauro a que siga con la medida? Que ahora les dé vergüenza recordarlo es otra cosa.

Y ni qué decir cuando en el gobierno de Alan García, Humala pidió su vacancia por considerar que estaba involucrado en los "petroaudios" y por "criminalizar las protestas sociales". Fue en 2008, 2009 y 2010. Si fuera así, hace tiempo Humala debió renunciar o su propia bancada, si fuera consecuente, debió mandarlo a su casa por los muertos de Conga o por el escándalo a la vigilancia policial a Óscar López Meneses, que involucra e involucrará más al propio Mandatario.

Hizo mucha gracia ver el miércoles último a la bancada nacionalista quejándose de la carga golpista del pedido de Becerril -con el cual para nada estoy de acuerdo-, cuando su líder tiene un tremendo pasado golpista y lleno de intentos de tumbarse a presidentes. Mejor deberían quedarse callados y no seguir dejando por los suelos a su agrupación, que es gobierno. Un poco de seriedad, coherencia y sangre en la cara no le vendrían mal a Sergio Tejada y compañía.

La política debe ser una cosa seria, y más aun cuando se es gobierno. Los fujimoristas no pueden reclamar que otra persona mande en lugar del jefe del Estado, porque ellos tuvieron a Vladimiro Montesinos haciendo y robando lo que le daba la gana. Y los nacionalistas no pueden acusar a nadie hoy de golpista, porque hay ropa tendida.