Los reportajes televisivos que muestran las aglomeraciones en galerías comerciales de Lima muestran una media verdad. ¿Por qué?

Desde el inicio de la pandemia se viene representando a ciertos sectores de la población como “los irresponsables”. Aquellos que -cuando se decretó la cuarentena obligatoria- tenían que salir a trabajar para tener qué comer; aquellos que hoy acuden al mercado central a hacer compras navideñas en lugar de comprar online. Esta culpabilización genera una percepción sesgada que quita responsabilidad a quienes no se reconocen como parte de “los irresponsables”.

Claro que es impactante ver cómo cientos de personas hacen caso omiso de las recomendaciones sanitarias y se aglomeran para hacer compras. Pero lo que no se muestra es igual de importante: las reuniones en casas, las concurrencias a fiestas, y todas aquellas ocasiones en las que se da una aglomeración de personas de manera menos pública (pero no menos peligrosa). Que estos escenarios no sean retratados públicamente como “irresponsables”, no quiere decir que no lo sean. Es importante que todos nos asumamos igualmente responsables a la hora de hacer frente a esta pandemia.

También debemos reconocer que todo esto va mucho más allá de la discusión “irresponsables” vs “responsables”. La responsabilidad que nosotros asumimos como sociedad civil tendría que haberse dado de la mano de la del Estado. Pero el Estado nos ha fallado y nos sigue fallando. Por eso hoy es aún más importante que cada uno de nosotros asuma un compromiso como ciudadano. Esto de culpar a un sector de la población por la propagación del virus no funciona. Si absolutamente todos los peruanos no asumimos nuestro rol en este contexto, el próximo año no significará una nueva etapa, sino más de lo mismo.

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