Los jóvenes merecen más
Los jóvenes merecen más

Esta semana fuimos testigos de la aprobación en la Comisión Permanente del Congreso de una “modalidad adicional y voluntaria de formación” para jóvenes, bautizada como la “ley del esclavo juvenil”. Comparto la opinión de quienes cree que esta iniciativa es un retroceso y no un avance para los jóvenes. El texto aprobado es cuestionable porque permitiría que sea legal que muchos jóvenes estudiantes no reciban una contraprestación por desempeñar labores a favor de una empresa. Asimismo, constituiría un régimen distinto al de otras “modalidades formativas” sin un adecuado sustento para dicha diferencia, generando una situación discriminatoria hacia quienes cursan estudios técnicos. De otro lado, el proyecto no establece claramente cuáles son los límites de esta modalidad; así, deja la puerta abierta para posibles abusos de empresas y de institutos de baja calidad.

Por todo ello, es evidente que la iniciativa no debió ser aprobada. Y menos en la Comisión Permanente, donde no se están presentes todas las voces del Parlamento, como la de los congresistas independientes. Este mal proyecto pasará al archivo, pero el debate debe seguir vigente. Resulta indispensable que revisemos las modalidades formativas laborales para asegurar que más jóvenes se beneficien de la oportunidad de trabajar y formarse al mismo tiempo. Y ese diálogo debe enmarcarse en una reforma más grande -hoy abandonada- que apunte a reducir la informalidad existente y a que más peruanos puedan tener condiciones laborales dignas.

Impulsemos ese debate sin seguir dejando de lado a los actores principales: los jóvenes. Escuchemos lo que tienen que decir, involucrémoslos en este esfuerzo. Seamos responsables con su futuro, ellos merecen más.