Mientras un tercio de los peruanos no logra encontrar un candidato que le resulte convincente, el Ministerio de Salud ha reportado que el sábado último han muerto 231 peruanos a causa del COVID-19. Y tengamos en cuenta que esta cifra ya de por sí aterradora, es mucho menor a la real que reporta el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), por lo que queda claro que nos encontramos en uno de los momentos más trágicos de esta pandemia que lleva un año.

Un día antes, el viernes 26, el número oficial de fallecidos alcanzó los 206 y el jueves 25 se situó en 201. Es duro decirlo, pero estamos en medio de una masacre de peruanos. Semanas atrás hubo una ligera esperanza, cuando la cifra de contagios y fallecimientos parecía haber experimentado un descenso. Sin embargo, lo real es que en estos días estamos rompiendo todos los récords, pese a que los números del Ministerio de Salud siempre son bastante “optimistas”.

La llamada “variante brasileña” está causando estragos, incluso en los más jóvenes. Mientras esto sucede, el gobierno del presidente Francisco Sagasti no logra iniciar una agresiva campaña de vacunación, al tiempo que no hay camas UCI disponibles y el oxígeno sigue siendo escaso. De otro lado están las exigencias de diferentes sectores de la economía para aligerar las restricciones y no ver afectada aún más su situación.

En medio de esto, cabría preguntarse cómo nos comportaremos los peruanos durante los feriados de Semana Santa. ¿La irresponsabilidad será de una magnitud similar a la de fin de año, lo que a la larga disparó el número de contagios y muertes? ¿Habrá “fiestas covid” y “campamentos covid”? ¿Los policías, militares y serenos tendrán que exponer sus vidas para evitar que al cabo de 15 días haya más gente reclamando hospitalización y oxígeno?

Quien gane las próximas elecciones tendrá que entrar al gobierno con un plan que permita controlar esta pandemia que es la peor tragedia que nos ha tocado vivir. No se puede llegar con las manos vacía a ver qué se hace, sino será más de lo mismo y el número de muertos seguirá siendo de terror todos los días. Con más de 200 fallecidos casi a diario según el “optimista” Ministerio de Salud, no puede haber más espacio para improvisados ni aprendices.