El intento de aprobar el retorno a la bicameralidad mostró un lado del Parlamento que deja mucho que desear. Todos vimos la lamentable actitud de la congresista María del Carmen Alva (Acción Popular) contra su colega Francis Paredes (Perú Libre) para que esta última varíe su voto y lograr así los 87 requeridos por ley para que se vuelva al Senado sin pasar por un referéndum.

Lejos de la pésima actitud de Alva y sus intentos de minimizar la agresión en la que (otra vez) se vio envuelta, creemos que la bicameralidad es necesaria, pero el intento de saltar la consulta ciudadana solo creará más anticuerpos contra esta entidad porque todo lo ocurrido durante la votación se podría interpretar que la vuelta de una cámara alta es capricho de la actual legislatura.

Además, volvieron a posponer la segunda votación de la “Ley Mordaza” pues, al no tener los votos, prefieren mantener la autógrafa como una espada de Damocles sobre la prensa.

Como si esto fuera poco, han blindado a dos parlamentarias sindicadas de recortar el sueldo a trabajadores de sus despachos. Heidy Juárez y Magaly Ruiz la sacaron barata. En el primer caso, se varió el informe que pedía suspenderla a una amonestación y multa, además, no se enviará el informe al Ministerio Público. En el caso Ruiz, al momento de votar el informe, ganaron las abstenciones y dejaron en el limbo a la sanción que volverá a ser evaluada.

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