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Si el expresidente Ollanta Humala ya tiene problemas con el desbalance patrimonial que ha encontrado el Ministerio Público en su entorno familiar y amical, también la tiene complicada con el avance del caso Madre Mía, ya que los fiscales a cargo de las investigaciones han encontrado 18 cuerpos de personas que habrían sido ejecutadas por personal militar a cargo de la base contraterrorista del mismo nombre.

La hipótesis del Ministerio Público apunta, a juzgar por los testimonios recibidos de exsoldados que prestaron servicios en Madre Mía, a que Humala, convertido en el “Capitán Carlos”, tendría mucho que ver con la muerte de estas personas a inicios de los años 90. A los cuerpos encontrados bajo tierra se suman las versiones de quienes afirman que algunos otros cadáveres habrían sido arrojados al río Huallaga.

Recordemos que si bien el caso fue cerrado por el Poder Judicial pese a las escandalosas denuncias de compra de testigos para que cambien sus versiones, que sindicaban a Humala como responsable de crímenes en Madre Mía, hoy se han reabierto investigaciones al respecto tras la aparición de más testimonios sobre los brutales asesinatos que se habrían cometido cuando la jurisdicción militar estaba a cargo del entonces capitán Humala.

No dejemos de lado la posterior aparición de un audio sospechosamente guardado en el Ministerio Público en el que se escucha a gente del entorno de Humala, como Amílcar Gómez Amasifuén, hablando sobre la compra de testigos para que “limpien” ante las autoridades judiciales a quien fuera presidente del Perú entre los años 2011 y 2016. Acá hay mucho pan por rebanar y queda claro que el llamado “nacionalista” la tiene muy complicada.

Dicho esto, es evidente que el expresidente Humala debe estar muy preocupado por el caso Madre Mía, pues si se comprueba lo afirmado por los testigos, las sanciones penales que le esperarían serían mucho más drásticas que aquellas que se juega por el desbalance patrimonial hallado, con el agravante de que ahora, a diferencia del 2011, cuando era candidato presidencial, no tendrá a la izquierda ni a sus operadores para que saquen cara por él.