Hace un año, antes de la segunda vuelta, advertí de la amenaza que representaba la mafia de Perú Libre para nuestro sistema democrático y económico. Lo que dije tiene fundamento y se cumplió. Hablo desde la experiencia de haber combatido a esta mafia en Junín por 7 años y porque, ahora, estamos frente a una organización criminal de dos cabezas, Pedro Castillo y Vladimir Cerrón.

Recordando algunas entrevistas y mis columnas de opinión en Correo, es increíble ver cómo algunos me decían que exageraba o era irresponsable cuando les decía a todos que votar por Castillo era elegir a Cerrón de presidente. Muchos de esos incrédulos pasaron de esperar un deslinde a resignarse y hoy solo les queda ver al supuesto “portero” como el verdadero poder en la sombra.

Desgraciadamente, por decir las cosas como son y sin miedo, los abogados de Castillo pretenden denunciarme. Pues que sepan que no soy el único que lo llama estafador por su tesis bamba, todo el Perú lo hace, porque ya nadie le cree. Hoy todos saben que la única maestría que tiene castillo es la maestría en criminalidad y ni con todas sus amenazas, podrá cambiar eso.