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En el libro “Leyendo al Estado desde el aula” (IEP 2019), las autoras Eguren, De Belaunde y González citan una encuesta de opinión realizada a padres, maestros (341) y alumnos de escuelas públicas de Arequipa, Ayacucho, Iquitos, Lima, Piura y Callao (2015) en relación a los aprendizajes a lograrse en la escuela (Págs. 75-77).

Entre los maestros, el 26% prioriza la lectura y escritura y 39% la formación ciudadana. En cambio, más de la mitad de los padres señala la lectura y escritura y solo 13% ciudadanía. Los maestros, además, señalan que los principales problemas de la escuela son la falta de apoyo de los padres de familia (73%) y la indisciplina de los estudiantes (47%). Apenas el 4% de profesores cita su poca preparación como problema y solo el 13% expresa su necesidad de mejorar su preparación.

Resulta notorio que hay expectativas distintas entre maestros y padres sobre el sentido prioritario de los aprendizajes escolares, pero, además, una escasa autocrítica docente, ya que la carga de culpa por escasos aprendizajes la colocan en los padres y los alumnos. En otro acápite también culpan a los medios de comunicación. Además, los maestros valoran el orden, la puntualidad, responsabilidad y honestidad como valores a adquirir por el alumno, más que cualquier otro valor familiar, cívico o social.

Esta disonancia entre las visiones escolares de padres y maestros constituye un freno para la innovación educativa, ya que evidencian un anclaje muy fuerte a los conceptos tradicionales de la escuela, aunado a la ausencia de iniciativas innovadoras entre sus expectativas prioritarias.