La situación legal del expresidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Manuel Burga es muy complicada luego de un pedido de detención de la justicia de Estados Unidos que se hizo efectivo en Lima la noche del viernes, por presuntamente haber recibido coimas junto a directivos de distintos países de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

Sin embargo, recordemos la premisa básica del derecho y la justicia, que afirma que nadie es culpable hasta que en última instancia un juez lo dictamine, por lo que los peruanos debemos esperar que tal cosa suceda, si es que sucede, para tener la certeza de que Burga es realmente culpable de aquello de lo que en los últimos años se le ha venido atribuyendo.

Es preciso señalar esto porque el hecho de que la gestión de Burga haya tenido malos resultados a nivel futbolístico, y que haya tentado una y otra vez la reelección -lo cual lo llevó a ganarse el rechazo masivo de los peruanos-, no lo convierte en un delincuente. Lo será recién si un juez de acá o de otro país lo sentencia por delitos penales y no por acciones cuestionables y criticables por los aficionados, pero no delictivas.

Por ahora los peruanos debemos esperar el resultado de las investigaciones y cómo avanza el proceso de Burga, quien debe contar con todas las garantías para su defensa, como cualquier ciudadano que tiene temas que responder ante la justicia penal. Cuidado con los linchamientos de todo tipo basados en odios, revanchas y resentimientos motivados por malos resultados futbolísticos, ya que eso no es delito en ninguna parte del mundo.

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