Cuento un considerable número de libros que me obsequian o adquiero y no comentaré uno solo -es lo serio- que no haya leído por completo y que, además, me convenza de que sea útil para usted, apreciado lector. El que traigo a estas líneas intitulado ¿Qué es el Derecho? del jurista Martín Belaunde Moreyra (MBM), lo ha escrito pensando en todos, y como bien dice el autor para “…quienes no estén vinculados al mundo de las leyes o a los vericuetos de los tribunales tengan algunas nociones básicas que les ayuden a superar los obstáculos diarios de la vida”. Editado el año anterior (2019, 115 páginas) por la Universidad San Ignacio de Loyola, no es el primero que publica el buen Martín. Antes que exigir grados y títulos al por mayor, las universidades deben requerir de sus catedráticos que investiguen y produzcan textos. Más allá de que el proceso administrativo para editar un libro es tedioso y que requiere del apoyo logístico de la propia universidad, el trabajo personalísimo de sentarse a escribir es una práctica intelectual poco fecunda en nuestro país, costándole sudor y lágrimas a una mayoría de docentes. De hecho, solemos escuchar ¿Cómo hago para escribir o por lo menos intentarlo?. Creo que el secreto para hacerlo lo sabemos todos: leer y mucho. Quien poco lee o no lo hace, encontrará una barrera inquebrantable para si quiera construir un párrafo sostenidamente articulado. Frustrado, podría incluso denostar de la carrera que no tiene nada que ver con sus falencias. La magia para hacerlo, entonces, está en leer. La razón es muy simple: para escribir hay que crear, imaginar, y para hacerlo -volvemos al comienzo- hay que dedicar gran parte de nuestra vida diaria a la lectura que es el origen de todo. Leyendo el libro de MBM, exDecano del Ilustre Colegio de Abogados de Lima e hijo del afamado y cultísimo diplomático Víctor Andrés Belaunde, que fuera presidente de la Asamblea General de la ONU, un estudiante de derecho que pudiera dudar en continuar la carrera terminará convencido en llegar a la meta. MBM no utiliza términos ni construcciones sintácticas difíciles, lo que sería como un delito de lesa intelectualidad. Al contrario, Martín explica con sencillez extrema la compleja naturaleza de la ciencia del derecho. Léanlo.

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