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Es esperarse que esta semana el Poder Judicial y la Fiscalía, que siempre se tiran la pelota en las deficiencias en la lucha contra la delincuencia, expliquen a los peruanos cómo es posible que hayan sido liberados algunos de los miembros de la banda denominada “Los Norteños y Guarayos”, acusados de robo agravado, tenencia de armas de fuego, extorsión, sicariato y asociación ilícita para delinquir.

Los integrantes de este grupo criminal han salido de la cárcel por vencimiento de prisión preventiva y por comparecencia restringida, a 18 meses de su arresto por parte de la Policía Nacional, que actuó en simultáneo en las ciudades de Trujillo, Chiclayo, Juliaca, Ayacucho, Puerto Maldonado y Lima a fin de sacarlos de circulación. Los hampones cayeron con armas, vehículos y dinero.

Sin embargo, por esas cosas que solo suceden en un país como el Perú, donde vivimos más que agobiados por la violencia de bandas como las mencionadas, 15 de los 35 arrestados por la Policía Nacional han recuperado su libertad, según informó el jueves último el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), que se ha visto obligado a abrirles las rejas por disposición del Poder Judicial.

Los peruanos merecemos una explicación por el accionar de jueces y fiscales en este caso. Seguro los primeros dirán que los segundos no pidieron la ampliación del arresto preventivo. Es lo de siempre. Y mientras estos señores discuten, los peruanos tenemos que convivir con más hampones en las calles. ¿Así se lucha contra la delincuencia? Una lástima.