Un nuevo tema que ha polarizado al país en los últimos días ha sido el de la disposición de las empresas privadas de comprar vacunas contra el COVID-19. Los discursos inflamados, las razones ideológicas, las discusiones innecesarias y los furibundos ataques a favor o en contra han reemplazado al debate y a la búsqueda de soluciones sobre los problemas que cada día plantea nuestra grave situación sanitaria. No puede ser que haya más quejas que ideas.

El presidente Francisco Sagasti se reunió ayer con la titular de la Confiep, María Isabel León, y ha quedado claro que el sector privado no puede adquirir vacunas por el momento ya que los laboratorios negocian casi exclusivamente con los gobiernos. “Ayudaremos con el proceso de vacunación”, dijo la empresaria. “El sector privado nos ayudará con el sistema logístico, agradecemos su interés en ayudarnos”, manifestó el Jefe de Estado.

Si vamos a ser competitivos para contener el coronavirus necesitamos unirnos. Por ello, esta voluntad de colaboración y de integración de los empresarios con el Gobierno es una gran noticia. Esta es una manera concreta de alcanzar la eficacia en esta gigantesca tarea de lograr la tan ansiada inmunidad colectiva.