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En medio de grandes cuestionamientos a los aportes económicos de algunas empresas a la campaña presidencial de Keiko Fujimori en el 2011, el presidente del Tribunal Constitucional, Ernesto Blume, se inclinó en su ponencia a favor del hábeas corpus de la lideresa de Fuerza Popular, algo que ha sido como un bálsamo en este complicado momento de la excandidata presidencial.

Por ahora hay más sensación que información en la entrega de dinero a los partidos políticos. Incluso se quiere involucrar al presidente Martín Vizcarra como presunto receptor de aportes a la campaña de Pedro Pablo Kuczynski. Parece que las últimas revelaciones de empresarios sobre el apoyo a diferentes candidaturas son tomadas como encuestas de imagen de algunos personajes políticos. Y, por supuesto, los resultados son el descrédito de la clase política, algo que sigue marcando la vida del país.

Sin embargo, ahora también son afectados los empresarios peruanos. Hay una corriente hostil desde las redes y un sistemático plan para desvalorizar a estas personas y sus grupos empresariales. Hasta exigen respuestas cortoplacistas para un problema estructural. Lo ideal es que las reformas políticas pongan las reglas claras.