“Una mentira, repetida mil veces, al final termina siendo una verdad”, es la frase que se ha atribuido a Goebbels, el ministro de Propaganda del Tercer Reich. Por ello, es importante desvirtuar las afirmaciones inexactas y tendenciosas oportunamente para que así no logren el objetivo de desviar la verdad.

Lo cierto es que el Perú se ha convertido en un ejemplo mundial de gestión pesquera responsable y sostenible, ya que la biomasa de anchoveta permanece estable desde hace más de 15 años, con más de 8 millones de TM.

Ello, ha sido posible entre otras medidas, gracias a la protección del recurso juvenil por parte de la industria pesquera. Para nosotros esta pesca es involuntaria e incidental pues aún no existe en el mundo, tecnología alguna que permita determinar la composición del cardumen antes de su extracción.

Por ello, la normatividad peruana se enfoca en obtener información oportuna para que cerrar zonas con alta incidencia de juveniles a fin de preservar el recurso.

Así, en el período 2017 - 2019, la captura incidental de juveniles fue de 9.79%, cifra por debajo de lo recomendado por Imarpe que fue de 13.57%. En el caso de la actual temporada de pesca, el ente científico recomendó como máximo de captura de juveniles el 23% de la cuota asignada, y según PRODUCE, a la fecha el porcentaje de captura total está en 8%.

Más aún, en muchas ocasiones es la industria pesquera quien decide “autovedarse” cuando encuentra zonas donde predomina el recurso juvenil, tal como ocurrió en las dos temporadas del 2019.

Por todo lo anterior queda claro el real compromiso de la industria pesquera con la sostenibilidad del recurso. Y es que para mentir hay que tener mucho cuidado.