El Gobierno Central levantó tres hospitales temporales en Trujillo, Chiclayo y Piura por cerca de 50 millones de soles. Los dos primeros tienen 100 camas para atender a los pacientes con Covid-19. Hasta aquí todo bien, si no fuera porque ambos no han copado ni el diez por ciento de su capacidad.Los pomposos recursos de estas obras han salido del presupuesto de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) y el Ministerio de Salud (Minsa), sectores públicos que han tenido una mala información antes de implementar dichos nosocomios.

Por ejemplo, el centro hospitalario de Trujillo no cuenta con camas UCI, sino de reposo. Es decir, una vez superada la etapa crítica, el paciente puede continuar su tratamiento en dicho local. No obstante, en la última visita de un congresista se detectó que solo había seis enfermos con Covid-19, ¡seis camas ocupadas de cien!

En Chiclayo ocurre algo parecido. De cien camas posibles, en solo dos había pacientes con el nuevo coronavirus. Y no es que en la región Lambayeque la estén pasando de maravillas. Todo lo contrario.

En Piura, el enfrentamiento entre el gobernador regional Servando García y la ARCC propició que los pacientes se queden a la deriva. El problema: no había sido implementada en su totalidad la sala del hospital denominado “La Videnita”. Ahora, de doscientas camas tiene menos del veinte por ciento ocupadas.

La pregunta es ¿cómo hicieron el cálculo de la inversión en estas tres regiones? Ahora, curiosamente, en algunos centros hospitalarios temporales tenemos más personal médico que pacientes. Sería bueno creer que las cifras de víctimas del Covid-19 están disminuyendo. No es el caso. Trujillo ha vuelto a la cuarentena, lo que es un mal síntoma.