El presidente Martín Vizcarra le enmendó la plana al ministro del Interior, Carlos Morán, quien hace pocos días había anunciado el retiro de la seguridad policial a los próximos congresistas. “No se ha definido eso”, dijo el Jefe de Estado. Con ello, queda claro que el Gobierno ha mostrado una incapacidad para ponerse de acuerdo y buscar consensos sobre este tema.

Con ello, parece que más que una medida que ayude a la solución al problema de la inseguridad en las calles es un vano intento del Ejecutivo de recuperar protagonismo. Además, todo a costa de un eventual enfrentamiento con el Parlamento cuando lo que se necesita es integración y unidad para resolver las demandas de la gente.

La desautorización al ministro Carlos Morán es evidente. No solo porque ha sido dado por la máxima jerarquía sino porque el gabinete ministerial está tan cuestionado y debilitado que es muy difícil que el presidente Martín Vizcarra estructure sus respuestas a través de una acción de este. Es consciente que puede ser un intento desesperado para revertir la crisis generada por el caso Odebrecht.

Hoy más que nunca se necesita liderazgo y transparencia en el Gobierno. Un desconocimiento de los temas claves y la falta de coordinación entorpecerán su marcha.

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