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Después de casi siete meses vuelvo a escribir esta columna que, a partir de la fecha, se publicará los martes de cada semana. Esto debido a la gentileza de Iván Slocovich, director del diario, a quien le agradezco la deferencia. Lo hago con el mismo compromiso, motivación y responsabilidad de siempre para emitir mis puntos de vista, reflexiones y propuestas vinculadas al desarrollo de una educación que le dé sentido a la vida de nuestros niños, niñas, adolescentes y adultos para que sean personas saludables y productivas, y, por supuesto, buenos ciudadanos con valores.

En el corto lapso de tiempo que he ejercido como ministro de Educación, recordaré la gran movilización educativa a nivel de todo el país para recuperar el liderazgo, la rectoría y el principio de autoridad del sector que estoy seguro fortalecerá el nuevo titular del Minedu, Daniel Alfaro, a quien deseo los mayores éxitos en su gestión.

Esto ha sido posible debido a la oportunidad brindada por el expresidente Kuczynski y la expremier Mercedes Aráoz, a quienes les expreso mi agradecimiento. Muchas gracias también a Paloma Noceda, presidenta de la Comisión de Educación del Congreso de la República, y a los congresistas que la integran. Expreso mi reconocimiento a los funcionarios, especialistas y colaboradores del Minedu por acompañarme con dedicación, optimismo y compromiso para desarrollar proyectos y programas que espero se consoliden en el tiempo. Pero a quienes no puedo dejar de agradecer es a mis colegas maestros, padres de familia, líderes educativos, autoridades regionales y comunicadores sociales que me han acompañado por todo el país muy cerca de las escuelas en esta experiencia llena de resultados, emociones, afectos y satisfacciones. Para finalizar, agradezco a mi familia por apoyarme en el desarrollo de mis funciones.