El sábado último el candidato presidencial de Perú Libre, Pedro Castillo, dijo en una actividad pública que de ganar los comicios mantendría el equilibrio fiscal, promovería las inversiones y respetaría la autonomía del Banco Central de Reserva (BCR), al extremo que pidió a Julio Velarde, quien ocupa el cargo desde 2006, que permanezca al frente del ente emisor, lo que sin duda sería una señal para dar tranquilidad a los agentes económicos.

Hasta ahí todo bien. Sin duda el profesor parecería haber entrado en razón tras hacer campaña anunciado su disposición a incendiarlo todo. Sin embargo, sería bueno preguntarnos si se puede creer en su palabra, teniendo en cuenta que días antes el candidato del partido del lápiz sostuvo amenas reuniones con representantes del Foro de Sao Paulo, que alberga a toda la izquierda de la región, incluyendo a la más radical que linda con bandas terroristas.

Además, ayer Castillo ha tenido un evento en el que estaba anunciada la participación de Vladimir Cerrón, el dueño de Perú Libre que no deja de llenarse la boca afirmando que no habrá “hoja de ruta” y que de llegar al poder aplicarán su mamarracho de plan de gobierno para no irse nunca; y el congresista electo Guillermo Bermejo, a quien el Ministerio Público vincula con los Quispe Palomino, cabecillas de los residuos de Sendero Luminoso que operan en el VRAEM.

Habría que preguntarle al ahora “moderado” profesor Castillo, si personajes como Cerrón, quien además es el patrón de la bancada de Perú Libre; o Bermejo, el que no quiere ver muchos “invitados” en un eventual gobierno del partido del lápiz, están de acuerdo con lo dicho por el candidato. ¿Hacia dónde van los vientos? ¿Qué rumbo tomaría una posible administración de quienes en su ideario se definen como marxistas leninistas? ¿De cuándo a acá los coqueteos con Julio Velarde?

En los próximos días el profesor Castillo podría ser proclamado como presidente electo, y ante eso hacen falta definiciones que podrían ayudar a calmar los ánimos y dar un respiro a la economía. ¿Sigue siendo el radical próximo al senderismo que llegó para mandar el país al hoyo o hay moderación? ¿Insistirá en una reforma agraria, las expropiaciones y confiscaciones?, ¿comenzará a primar algo de sensatez? ¿Qué puede esperar el Perú?

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