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La carta de la presidenta del Congreso, Luz Salgado, al jefe del gabinete, Fernando Zavala, de hace dos días debería despertar a un gobierno que todavía no termina de sentirse cabalmente al mando. Y es que los detonantes que han estallado en la cara del gobierno parece que aún los mantiene en un mundo paralelo, diríamos casi bailando en medio de un velorio, como penosamente pareciera que el propio Presidente se esforzó en ilustrar el mismo día que tres bomberos perdían la vida en un siniestro sospechosamente ligado a posibles mafias dentro del Estado.

A la letra, Salgado le dice esto a Zavala: “(Cuando usted) solicitó facultades legislativas, las otorgamos, confiando en que actuarían de inmediato. Tiene las potestades para que plasmen en decretos legislativos las políticas y acciones de gobierno en materia de lucha contra la corrupción.” Traducción: “Fernando, ustedes ganaron, les dimos las herramientas pero no me pidan que les haga la tarea”. En buen peruano, “como a hijo”.

Si esto no despierta del letargo al gobierno y PPK cae presa del universo paralelo que varios de sus colaboradores están construyéndole, nos acercaremos peligrosamente a una especie de “tercer belaundismo”. Sería terrible, pues en vez de soñar y bailar, necesitamos que el Presidente asuma su rol de líder directo, presente y definiendo un camino, actuando con la ley pero utilizándola en todos sus extremos. Y quitándose el pesado lastre de funcionarios que ya fueron gobierno y que le abren innecesarios frentes de vulnerabilidad.

Pero claro, cuando vemos a su ministro estrella “fortaleciendo” su estrategia de lucha contra la inseguridad llamando a colaboradores del peor gobierno municipal de la historia de Lima, se resiente la esperanza. Ojalá el Presidente reaccione a tiempo. Porque nadie hará la tarea por él.

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