Después de ver los disparos de grueso calibre entre Nadine Heredia y el resto de políticos de la oposición, estoy más convencido de que quien lleva los pantalones en la familia es ella. No hay vuelta que darle. Ni Ollanta Humala le ha parado el macho a sus rivales políticos como lo ha hecho la primera dama. No la aplaudo, pero sirve para sacar algunas conclusiones y conocer al verdadero personaje detrás del poder.

Con ese temple mostrado por Nadine Heredia, queda demostrado que la doña ha ejercido el poder desde la campaña electoral. Ella manda. Con la inteligencia y astucia que la caracteriza, la primera dama ha sacado más crédito político que quienes la han querido zarandear frente a los medios de comunicación.

El tema de su cercanía con un empresario amigo de Martín Belaunde, haciéndola ver como una mujer víctima del machismo peruano que duda del género femenino, sin duda que le favorece, políticamente hablando. ¿Cuántas mujeres no han sido denigradas solo por el hecho de vérseles conversando a solas con hombres? Casi todas del Perú.

Cuando todos piensan que Nadine Heredia ha pisado el palito, lo que hace es desacreditar la investigación del Congreso que la incluye a ella con Martín Belaunde en los aportes al partido nacionalista. Ya nadie habla de eso, hasta en las redes sociales han comenzado a chistar sobre si la primera dama sacó o no los pies del plato.

En un país con un problema de género, la esposa del Presidente ha sabido defenderse frente a la oposición, sin que el marido intervenga, estratégicamente, para evitar que las acusaciones apunten hacia el Gobierno. “¿Aquí me querían?, ¿aquí estoy?”, parece decir Nadine Heredia cuando muestra los dientes ante la prensa.

PD: Muchos de los que están en un medio de comunicación, sobre todo en radio y televisión, no son periodistas y, tal vez, por eso confunden su postura cuando discuten con el poder. Nosotros no somos el centro de la noticia.