A pocos días de sesionar e instalarse de manera irresponsable luego de ordenado el aislamiento social para todo el país, el Congreso vuelve a generar una noticia negativa: tres flamantes legisladores ya se valieron de sus cargos otorgados por la confianza de los votantes, para conseguir cupo, junto a sus familias, en un vuelo humanitario de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) a Cusco, quitando así el espacio a quienes realmente necesitaban salir de Lima.

Se trata de Rubén Pantoja (UPP), Matilde Fernández (Somos Perú) y Juan de Dios Huamán (Frepap), quienes sacándoles lustre a la medalla en el pecho y al carnet de padres de la patria, pasaron por encima de varias cabezas y se subieron al avión como si fueran parte de la población vulnerable a la que el Estado trata de atender a través de las Fuerzas Armadas. Claro, los ciudadanos de a pie que no contaban con vara, tuvieron que quedarse.

El caso más sonado ha sido el del congresista Pantoja, quien llevó a la familia completa en el vuelo humanitario. Su actitud incluso cayó como una patada a su líder Antauro Humala, quien desde el penal donde purga condena por asesinato, ha pedido que lo boten de la bancada y lo denuncien ante la Comisión de Ética Parlamentaria. Acá tenemos, pues, a un flamante legislador que sin apenas completar una semana de funciones, ya llevó agua para su molino.

Indigna que hasta hace pocas semanas estos nuevos congresistas, cuando estaban en “modo candidato”, aparecían con sus mejores sonrisas pidiendo la confianza de los peruanos, para más tarde, apenas juramentados, darles una puñalada y treparse al primer avión que salga, sin pensar en los que dejaban en tierra con verdaderas necesitas humanitarias. Es de esperarse que caigan las máximas sanciones a estos legisladores.

Lamentable que en medio de esta pandemia, el Congreso se esfuerce por generar problemas antes que soluciones. Primero fue la innecesaria sesión de instalación, luego los vivazos que se fueron en un vuelo humanitario, y ayer una nueva reunión con asesores y miembros de seguridad, que se convirtió en un foco de expansión de coronavirus. ¿No pueden trabajar desde sus casas?, ¿no pueden prescindir de la escolta policial?, ¿qué les cuesta ponerse del lado de la gente que los eligió?