No es broma, no da risa, y mucho más tras los infelices comentarios de Phillip Butters sobre el futbolista ecuatoriano Felipe Caicedo que también quiso pasar como “gracia” pero que demostró clarito que aunque lo nieguen, lo quieran disimular como “chiste”, el racismo, esa lacra que se tiene que borrar de tajo, subsiste, no se ha ido y está más vivo que nunca en un país mestizo, pluricultural, donde “el que no tiene de inga tiene de mandinga”. No pues, no es broma, aunque juren una y mil veces que la intención es divertir sanamente y quieran disfrazarlo de “humor familiar”. Y es que cuando el tema de la discriminación racial vuelve a estar sobre el tapete, generando la polémica de uno y otro lado, para ponerle la cereza al pastel aparece “disfrazado” de humor en El wasap de JB, programa de humor de Latina, el criticado personaje de “El negro Mama”, que quiere darle la vuelta al asunto Butters-Caicedo con una secuencia en la que se reafirma todo lo que se quiere combatir, el estereotipo del afrodescendiente. Pero claro, “no lo hacemos con esa intención”, “solo queremos divertir”, y allí está lo grave: que de nada valen los esfuerzos para combatir la discriminación en todas sus formas cuando en los medios masivos de comunicación se siguen difundiendo contenidos que nada aportan a superar taras como el racismo. Y nos damos cuenta con dolor de que gracias a personajes, secuencias y “bromitas” en la ficción de un programa cómico, luego en la cruda vida real se insulta a una periodista afroperuana en el aeropuerto de Lima bajo el pretexto de que “estaba bromeando”, o cuando en el corazón de San Isidro una vecina descalifica a otra por su color de piel diciéndole que debe irse a Comas a pasear a su perro. Esto no da risa, duele, agrede, es real y multiplicado. En esta realidad deberían pensar quienes tienen la gran responsabilidad de estar detrás de un micrófono o son responsables de contenidos en la televisión. Combatir la discriminación no merece medias tintas, menos considerarla inspiración para el chiste barato. Por si no lo sabe, es un delito, está incluida en el artículo 323 del Código Penal. Advertidos están.