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Finalmente terminó pasando lo inevitablemente previsible. Fuerza Popular censuró al ministro Saavedra y PPK no planteó la cuestión de confianza.

La realidad es que Saavedra es el ministro con la mayor aprobación (40%); sin embargo, el 52% de la población estaba de acuerdo con que saliera del Minedu por los hechos de corrupción suscitados, lo que de algún modo tiene que haberle dado la confianza a la bancada opositora para continuar con la censura, pues el costo político sería poco. Nuevamente se comprueba que la mayor deficiencia del Gobierno es la incapacidad de comunicarse con la población y explicar sus puntos de vista para lograr incrementar la aceptación ciudadana de las acciones y políticas del Ejecutivo. Esto lamentablemente lo hace tremendamente vulnerable ante la oposición. Si bien la censura era absolutamente inminente y poco o nada podría haber hecho para evitarla, era su obligación buscar que el costo político para Fuerza Popular fuera lo suficientemente alto como para que no intentara una nueva censura. El mensaje presidencial indicando que no presentarían una cuestión de confianza (que por cierto era lo más sensato) una gran parte de la población lo percibió como una falta de coraje para enfrentar a Fuerza Popular. Está claro que después de todos estos incidentes el Gobierno sale debilitado (esto se evidencia con una nueva caída en la popularidad del Presidente).

La posición de Fuerza Popular no es mejor. El partido FP ha evidenciado que lo más importante de la censura al ministro Saavedra era demostrar que podía hacerla y sus miembros parecen estar muy contentos con este logro. Lo que parecen no ver es que las intervenciones y declaraciones de sus voceros les está costando su propia popularidad, disminuyendo su capital político para enfrentar nuevas acciones contra el Gobierno. En resumen, todos perdemos: el Gobierno, la oposición, el Ejecutivo, el Legislativo, el ciudadano y la democracia.

Ojalá que las cosas puedan cambiar a futuro. De mantener esta tónica, lo que podemos esperar en los próximos años es un Ejecutivo debilitándose ante una oposición cada vez más agresiva. Un espiral del violencia que inevitablemente genera una polarización en la ciudadanía y que resta posibilidades en las elecciones de 2021 a ambos partidos.

Que Fuerza Popular cambie su dinámica me parece poco probable, por la actitud de Keiko y la poca capacidad y soberbia de su bancada. Se ven más posibilidades de revertir la situación del lado de PPK si proactiva y eficientemente logra conectarse con la población y sumarla a un proyecto que avale con su aprobación.