Dos años después de la difusión de los audios que  pusieron en evidencia la podredumbre de nuestro sistema judicial, el Gobierno español autorizó la extradición del exjuez César Hinostroza, uno de los personajes claves para desentrañar la presunta red de corrupción en el Poder Judicial.

Más allá de la euforia del Ejecutivo y su versión que todo esto “es un logro de la lucha contra la corrupción”, es importante precisar que a partir de la extradición de Hinostroza, alcanzar la verdad y la justicia requiere de algo más que las buenas intenciones. Es necesario discutir y analizar bien el caso y no caer en el apasionamiento o en el aprovechamiento político. La historia de nuestro país demuestra que no será una tarea fácil.

Por otra parte, entendemos que la labor del Poder Judicial de aquí en adelante no es solo resolver este caso y otros vinculados sino además ayudar a construir institucionalidad en el Perú. Se sabe que el arribo de Hinostroza a nuestro país demorará algunos meses, por lo tanto, es imprescindible prepararse bien para dar una sentencia ejemplar. No puede haber errores que contaminen el proceso. Recordemos que el exjuez sigue sosteniendo que todo es una persecución y que lo han satanizado.