¡Segundos afuera! Este domingo sabremos quiénes son los dos candidatos presidenciales que van al balotaje, el 6 de junio, aunque algunos de ellos han regado en las redes sociales la improbable etiqueta de que ganarán en primera vuelta. Aquí es menester recordar que la cédula de sufragio puede ser “más fuerte que una bala de fusil”, como apuntó Abraham Lincoln.

Y quien gane ese round final tendrá una agenda gubernamental con demandas urgentes, como el vuelco total que necesita la lucha contra el coronavirus, empezando por la compra de las vacunas y la inmunización, que en este momento marchan a paso de tortuga y nada garantiza que para julio el panorama haya variado mucho. Esta hecatombe pandémica exige un pinchazo letal y la refundación del sistema sanitario.

Un tema amarrado a los apremios que padecemos es la corrupción y el próximo jefe del Estado (o presidenta), desde el saque, tendrá que dar muestras de que está dispuesto a desinfectar el país y acabar con esta plaga de ratas que, como se ha dicho durante la campaña, le roba al país 23,000 millones de soles al año, dinero que necesitamos para hospitales bien equipados, colegios, agua, bonos y sueldos.

El daño del COVID-19 a la educación, en todos sus niveles, es irreparable y un nuevo soporte -didáctico, estructural y tecnológico- resulta imperativo para resarcir en algo a los alumnos sometidos a clases remotas sin laptops y sin internet. A nivel inseguridad, el Perú está a salto de mata y el empoderamiento de la Policía Nacional debe ser el punto de partida de una estrategia, basada en la inteligencia, que frene la delincuencia y el crimen organizado.

Todo esto implica una sola alternativa: que este 11 de abril, por el amor de Dios, #NoBotesTuVoto.