Normandía, 70 años
Normandía, 70 años

El viernes pasado, 6 de junio, se celebró el aniversario 70 del desembarco aliado en las playas de Normandía, dando así el inicio del segundo frente solicitado por Stalin para derrotar a la Alemania nazi. Es una fecha memorable en lo que respecta a las democracias de Occidente y en general para el resto del mundo que abraza dicho principio político. En esta ocasión, dicha ceremonia viene revestida de una particular importancia, pues ella ha permitido la ocasión de que se puedan encontrar los presidentes de Rusia y de Ucrania, países que en estos momentos se encuentran en entredichos por las regiones de origen ruso que desean su independencia de la actual Ucrania y de la que se separó la región de Crimea, declarándose a favor de pertenecer a Rusia.

También ha permitido que el presidente de EE.UU. y la canciller de Alemania pudieran a su vez conversar con Putin, y de estas conversaciones sabremos posteriormente los resultados. Lo mismo ha sucedido con el presidente de Francia. Tanto este país como Alemania tienen intereses económicos muy fuertes en Rusia, y a la larga cualquier enfriamiento en sus relaciones tendrá un efecto inmediato en dichos intereses. Ello ha sido demostrado al ubicarse a Putin en un sitio preferencial en la ceremonia a la que hacemos mención. Por un lado, es absolutamente comprensible este hecho, pues fue Rusia la que más pérdidas en vidas humanas tuvo en este conflicto, algo más de los 20 millones de habitantes, y que cuando se dio la invasión a Normandía ya se encontraba ganando la guerra y ad portas de la frontera germánica. Por supuesto que la ceremonia en sí fue un homenaje a los caídos aliados en el desembarco.

Lo que podemos sacar de esta conmemoración es que en el mundo, si bien ahora somos todos democráticos y no se está en lucha contra determinada ideología política como lo fue en el Segunda Guerra Mundial, sí se tienen diferencias sustanciales en lo que respecta al poder. La Rusia de Putin se encuentra en un franco desarrollo y al rescate de lo que fue el Imperio de los Zares y eso, indudablemente, no es del agrado de las potencias de Occidente como EE.UU. y Gran Bretaña. Alemania y Francia tienen intereses tan grandes en Rusia, que además es uno de sus principales mercados, que difícilmente continuarán ejerciendo presión a favor de Ucrania. Este último país, por la fuerza gravitacional de su vecina Rusia, llegará a una negociación con ella que permita el restablecimiento de la paz en dicha zona. El riesgo de aislar a Rusia es muy grande para todos.