​Odebrecht y el pacto de la vergüenza

Hace dos semanas, indicaba en esta columna que el estimado de los sobrecostos de Odebrecht era de 1400 millones de dólares, basado en pesquisas del IDL (“Odebrecht y los números del oprobio”, 26/01/19). Pero me quedé corto. El periodista Phillip Butters reveló un documento del MEF del 2017, en que se calculaba en 1548 millones de dólares y solo tomando en cuenta los proyectos del Gasoducto del Sur, la carretera de Huaylas, los ejes viales IIRSA 2 y 3, el Tren Eléctrico (Línea 1), la vía de evitamiento del Cusco y la vía de la Costa Verde del Callao. Quedan fuera varios otros. Con el agravante de que tres de esos proyectos ya contaban con confesión de culpa de los brasileños y solo con ellos se llegaría al 63% para cobrar a firme, hoy mismo. Pero también el MEF calculó en 633 millones de dólares adicionales el monto de las retenciones a Odebrecht por la venta de cuatro proyectos más y por pago de deuda a Cofide y Sunat. Lo que sumado a lo anterior haría 2181 millones de dólares. Considerando que los estimados del 2017 para Chaglla y Rutas de Lima eran mucho menores entonces de lo que hoy se sabe que valen y, además, el menor tipo de cambio actual, la cifra real llegaría fácil a 3400 millones de dólares, cash y ahorita. Bastante más que los miserables 610 millones de soles que se pagarán en migajas en largos 15 años. Y sin contar otros multimillonarios proyectos ni las demandas que los brasileños han entablado contra el Perú en cortes internacionales.

Es obvio que esta información la han tenido en su poder los negociadores peruanos y la conocen ministros, fiscales y demás. ¿Nadie dijo nada desde 2017? ¿Por eso el secretismo? Esta es la magnitud del robo del vergonzante pacto con Odebrecht. Las cifras solo lo hacen más abyecto y entreguista. ¿Está seguro Martín Vizcarra, que asumirá ante la historia que su legado presidencial quede marcado por el escándalo más aberrante del siglo XXI para el Perú?