El déficit de policías para brindar un oportuno servicio en la seguridad ciudadana es notorio y el problema, pese a esfuerzos y reformas aplicadas por los gobiernos de turno, no encuentra solución alguna. Hace más de medio siglo, se gestó de manera oficial la creación de grupos de apoyo a esta labor de vigilancia en jurisdicciones distritales y provinciales llamada serenazgo y que está bajo los gobiernos locales, razón por la cual las municipalidades crearon un impuesto para financiar la contratación del personal, dotarle el equipamiento y logística necesaria.

Este grupo de personas ayuda en el servicio de seguridad, en ciertos distritos de manera exitosa y en otros con limitaciones, estos últimos afrontan la falta de recursos económicos ante el incumplimiento de los vecinos en el pago de arbitrios que se cobra por tal concepto.

La morosidad en el cobro por dicho rubro ha llevado a algunas comunas a buscar alternativas que permitan captar los recursos necesarios y, de esa manera, el servicio del serenazgo sea oportuno en cada jurisdicción.

En los últimos días, alcaldes de diversas localidades del país tramitan convenios con empresas que dan el servicio de luz para que en sus recibos se considere ese cobro y, así, los municipios aseguren los fondos del caso para fortalecer las áreas de serenazgo.

Es una medida factible que puede salvar y consolidar el trabajo necesario que cumplen los serenos, en especial en la lucha para detener el avance de la inseguridad, uno de los problemas que agobia al país y que la misma población considera como prioritaria.

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