Cada 29 de junio, celebramos el día de San Pedro y San Pablo, ambos apóstoles pescadores, y el Dia de Pescador, en honor a José Olaya Balandra; mártir en la lucha por la Independencia del Perú que se ofreció como emisario secreto entre el gobierno independiente refugiado en los castillos del Callao y los patriotas de Lima, y fue fusilado en las inmediaciones de la Plaza Mayor de Lima el 29 de junio de 1823.

Y es que, así como Olaya mostró su compromiso con el Perú, miles de pescadores diariamente se esfuerzan para que, en circunstancias tan complicadas como las que estamos atravesando, no solo en lo político, sino también en lo económico y sanitario, la pesca siga aportando al desarrollo de nuestro país y, por tanto, al bienestar de todos los peruanos.

En este contexto, es importante recordar que, en la actualidad, el sector pesquero representa el 1.5% del PBI y más de 2.5% cuando se suman los encadenamientos industriales, generando así más de 700 mil empleos directos e indirectos; toda vez que, de acuerdo a un estudio del IPE, por cada puesto generado en la pesca, se generan 3 puestos de trabajo adicionales. Asimismo, representa el 7% de las exportaciones peruanas y solo la exportación de harina y aceite de pescado constituye el 4% de las mismas.

Todo lo anterior es gracias al esfuerzo de miles de tripulantes, pescadores, operadores de planta y empresarios, que hacen posible que esta actividad se desarrolle con altos estándares ambientales y protegiendo el recurso.

Así, estando próximos a concluir la primera temporada de pesca de anchoveta, y habiendo ya capturado más del 90% de la cuota asignada, estimamos que a finales de julio podremos haber cumplido con el íntegro de la misma (2.5 millones TM) lo cual representará más de US$ 1,000 millones en divisas que aportarán, precisamente, a la reactivación económica que tanto necesita el país.

El sector pesquero es un orgullo nacional y no necesita subsidios ni regalos. Solo la estabilidad necesaria para seguir invirtiendo y aportando al desarrollo del Perú.