Mañana es Nochebuena y el lunes Navidad, la fecha tan esperada que nos permite reencontrarnos con la gente que más queremos. Bienvenida en estos tiempos convulsos, de nuestra crisis y de la del mundo, con pobres, migrantes y guerras que nos rompen el corazón. La Navidad tiene muchas facetas y ha evolucionado a lo largo de los siglos. Tiene sus raíces en la celebración del nacimiento de Jesucristo en la tradición cristiana cuyo relato principal está en los Evangelios de Mateo y Lucas en la Biblia. Jesús nació en Belén en un establo, y los pastores y los Reyes Magos fueron testigos de su llegada lo que debería despertar la solidaridad con los más pobres, con la gente sin recursos para celebrar. Lamentablemente no es así. Y a lo largo de los siglos, se ha fusionado con diversas tradiciones y costumbres paganas, como las festividades del solsticio de invierno. La elección del 25 de diciembre como la fecha de la Navidad se relaciona con su adopción por la Iglesia para contrarrestar las festividades paganas que ya se celebraban. En los pueblos de Estados Unidos la figura de Santa Claus se ha integrado a la fiesta, tomando inspiración en San Nicolás, un obispo del siglo IV conocido por su generosidad y amor por los niños. En resumen, la historia de la Navidad es una mezcla de eventos bíblicos, tradiciones culturales y elementos simbólicos que han evolucionado con el tiempo. En el Perú tenemos diversas formas de celebrarla, siempre rica en significado para nuestras diversas culturas y pueblos, todas nos unen en una oración y en un abrazo por nuestro país y por el mundo. Desde esta columna el deseo de una bonita Navidad en familia, para todos los peruanos, en la medida de lo posible.
Otra Navidad que nos alumbra por María del Pilar Tello (OPINIÓN)
Columna de opinión.