Pablito dio en el clavo

Pablo de la Flor, quien fue la autoridad para la reconstrucción con cambios en el Norte, es voz autorizada para cuestionar el modelo de Gobierno en este campo, el cual es defectuoso por la cantidad de trabas burocráticas para la inversión pública. Ahora le creo, aunque cuando estaba en el cargo nunca piteó.

“(…) hace falta profundizar el desmontaje de la asfixiante trama de requisitos y exigencias administrativas absurdas que, sin generar valor alguno, desincentivan los emprendimientos, castigan a los ciudadanos y -paradójicamente- dificultan la propia inversión pública”, refiere el exjefe de la Reconstrucción con Cambios en su columna de ayer en El Comercio. Pablito dio en el clavo.

También le creo porque no es la primera voz que escucho sobre este tema. La semana pasada, un amigo responsable de la reconstrucción en una de las regiones afectadas me comentó sobre la imperfección en el método utilizado por la gestión del saliente Pedro Pablo Kuczynski para controlar las obras.

Al igual que De la Flor, este amigo me indica que existe un sinnúmero de obstáculos para avanzar en la reconstrucción, cantidad de filtros públicos que solo repiten el control y aletargan el proceso que urge en las ciudades golpeadas por El Niño costero. Viniendo de alguien que está empapado en el tema, entonces cabe concluir que algo está fallando.

Si a esto le sumamos que la reconstrucción del Norte avanza a un ritmo no deseado por la incapacidad de los técnicos en los gobiernos regionales y locales -donde se han detectado desde plagios de proyectos hasta empresas con datos falsos-, entonces el nuevo Gobierno debe aligerar el paso y enfocarse en acabar con la perversa tramitología.

Creo que una gran mayoría está de acuerdo con que el Estado vigile el uso del dinero para las obras de la reconstrucción -lo hace la Contraloría-, pero esa misma población está convencida de que la manera como se lleva este proceso no está funcionando. Es el momento de reeditar los términos.