Finalmente, la Organización Mundial de la Salud - OMS no tuvo otra alternativa que declarar oficialmente a la enfermedad del coronavirus o COVID - 19, como una pandemia, es decir una enfermedad que ha traspasado las fronteras de un Estado expandiéndose de manera rápida y relevante por el mundo. En efecto, hallándose en más de 115 países, con 118,000 personas infectadas y más de 4,250 muertos, en los cinco continentes, hubiera sido altamente cuestionable que la OMS, siguiera postergando tal calificación.

La pandemia del coronavirus, entonces, ya es una realidad en todo el planeta y los efectos por así ser denominada, impactarán de diversas maneras entre los numerosos países concernidos por el contagio. Una realidad que ya no se puede ocultar, entonces, es que la agenda internacional ha sido drástica y dramáticamente trastocada y lo será más en adelante sobre todo en los países donde recién presenta la calidad de brote o se ha implantado en la condición de epidemia. Por ejemplo, por referir lo que tanto nos gusta a los peruanos como a muchos aficionados en el mundo, el calendario de inicio de las eliminatorias del Mundial de Qatar 2022 podría ser prorrogado en las próximas horas y es probable que la fecha de la realización de los Juegos Olímpicos de Tokio, también sea aplazada.

Pero la calificación de pandemia no es para que impere la especulación, el desorden o el desconcierto o para que dejemos prosperar las tesis apocalípticas que algunos irresponsables están soltando por las redes sociales. Nada de eso. Se trata más bien de una circunstancia inusitada y abrupta frente a la cual los países deben llevar adelante un despliegue rápido y efectivo para detenerla o mitigarla y en ese marco decidir políticas de previsión y de respuesta frente a las consecuencias del coronavirus. No es la primera que en la historia de la humanidad registra una pandemia. En esa calificación lo fueron en el pasado la viruela, el sarampión, la gripe española, la peste negra, la gripe de la inmunodeficiencia adquirida o SIDA, el tifus, el cólera, etc. La realidad pandémica que ahora afronta el mundo no es para siempre pero va a mermar el crecimiento y desarrollo de los países y frente a ello también hay que adoptar medidas para atenuar su impacto.

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